SEAN VALIENTES, CARAJO, DÍGANLO

Tiziano Tizona
Díganlo ya, carajo. Dejen ya las mentiras y los eufemismos. Cada vez que una declaración sale de sus bocas lo hace para ahondar en su vileza y miserabilidad. Digan que los colegios se mantienen abiertos porque han priorizado la economía a nuestra salud y la de los niños. Digan que no han tenido los arrestos para que las empresas se ocupen de la conciliación. Digan que no se nos ha dotado de recursos porque se han gastado la millonada que les llovió en aparatos, muy chulos pero inútiles si no hay un docente en un aula dando el callo. Dejen de trampear con las cifras, todos sabemos que han cambiado los baremos y que las aulas confinadas que nos muestran hay que multiplicarlas por cinco. Dejen de fingir que el comer en un comedor escolar no supone ser contacto estrecho y en un restaurante sí. Digan la verdad, nos piden valentía y “tensión”, aplíquense el cuento. Si este fuera un país normal, posiblemente ustedes estarían ya encausados por mentir, a sabiendas, a la ciudadanía que les paga y les sostiene. Dejen de decir que las bajas se cubren inmediatamente porque no es cierto. Esto sale adelante con los que nos estamos llevando el virus a nuestra casa y a nuestras familias. A los que están haciendo protocolos, controlando positivos (sanidad ya no nos hace puñetero caso al trasladar los datos a no ser que se hayan desbordado); nos han hecho que controlemos las vacunaciones en los centros cargándonos con la responsabilidad mientras ustedes teletrabajan. Nos tienen pelados de frío entre estornudos, corrientes de aire, toses y mocos y ustedes calentitos en sus despachos. Digan que nuestra salud es la moneda de cambio, que somos la carne de cañón de su ejército de incompetencias. Díganlo porque nos sabe peor que nos tomen por imbéciles de enciclopedia que todo lo anterior.

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