LA BERENJENA, LA CARACOLA Y EL LAMECULOS

Tiziano Tizona
Iba a escribir del informe de comprensión lectora que nos deja (y a algunas comunidades de la vanguardia de la innovación y la pantallita) en una horquilla entre berenjena morada y caracola de mar. Pero visto en redes el mosqueo docente por los resultados de las autonómicas, del cual no voy a hacer comentarios,  por causa gonadal, hasta que toque sacar el hacha con las primeras ocurrencias, que no tardarán. Hay una cosa que me está preocupando profundamente. Sufro. ¿Qué va a pasar con los lameculos, cambiarán de culo o se pondrán las pilas de una vez levantándose de la reverencia perenne en la que estaban inmersos? Indudablemente, nos vendría a todos mejor lo segundo…pero la alfombra tira mucho. Uno, que tiene ya más tiros dados que un injerto de John Wayne en el cerebro de Tarantino, se huele que las gansadas, las tecnopalurdadas, las emogilipolleces y las miguitas masticadas para los de abajo mientras para los de arriba les sacan el jamón y les enseñan a repelar la corteza de las cuales, no se olviden, son responsables estos que ahora se echan las manos a la cabeza, van a seguir “in crescendo”, quizá cambiando de nombrecitos. Ojo, que estas pasadas han sido elecciones autonómicas y no estatales, por lo tanto, la manija la tiene quien la tiene. Pero como el pelota suele ser pelota autonómico por causa de proximidad, me llama la atención si va a seguir riendo las gracietas a propuestas similares a las que aplaudía hasta ayer o, por el contrario, les hará frente cambiando el argumentario defendido en los últimos años. También se espera la versión contraria: el beligerante que, al acceder a la poltrona los “suyos», se empadrone en el país de los mansos olisqueando prebendas. No digan que no van a ser curiosos estos meses que nos vienen.

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