EDUCACIÓN: EL HORNO DE LA BIZCA Y LA TRINCHERA

Tiziano Tizona
Mi difunta abuela solía decir mucho: “Esto es el horno de la bizca» (lo de la Bernarda me lo ahorro por pudor) para hacer referencia a un desastre esférico (desastre lo mires por donde lo mires). Eso es la Educación en este país en general y en mi comunidad (la valenciana) en particular. Pues no se le ocurre otra cosa a nuestros nuevos jefes que, a 31 de agosto, sumar dos horas en ESO (las mismas que restaron por las sentencia del TSJCV respecto a la cacicada, esta vez del gobierno anterior, de la obligatoriedad de los Proyectos Interdisciplinares). Eso a un día de que nos incorporásemos y con los horarios confeccionados (“El que lo probó, lo sabe“ que diría el gigante Lope de Vega) a base de sangre, sudor y lágrimas (que diría Churchill entre whiski y whiski) por los equipos directivos. Han tenido todo un verano, el mismo que han pasado miles de maestros sin conocer su destino, para hacer una puñetera suma de horas y ver que no les cuadraba. Ahora toca deshacer todo lo hecho y empezar, un año más, el curso escolar a pie cambiado y (perdón) a pijo sacado. Si los anteriores fueron un desastre con tintes de autoritarismo (tanto es así que el TSJCV se cansó de rectificarlos), aunque algunos les rieran vergonzosamente las gracietas. Estos nuevos no tienen mejor pinta, aunque algunos se las rían. La Educación se defiende, frente a unos y frente a otros. Toca excavar otra trinchera.