EL TIRO POR LA CULATA

Tiziano Tizona
Saca “El País” en su sección de Educación que en España es donde más horas lectivas reciben los chavales (un 20% más que la media europea y un 30% más que en Filandia, por ejemplo ). Vaya ese gol por las escuadra a los de “cuantas vacaciones tienen los maestros en España”; eso para empezar. Por otra parte, somos el culo europeo en resultados y tenemos la mayor tasa de abandono y fracaso del viejo continente. La inercia marca que van a ir aumentándose las horas; y es que, la cosa trata de tenerlos encerraditos a toda costa para la malentendida conciliación o para que no den por saco por las calles. Da igual que algunos ni hagan ni dejen hacer a sus compañeros: para sancionar sin presencia en el centro tienes que hacer más papeles que un notario y tener la sagacidad de Perry Mason en el “sumarísimo» que se tiene que montar. Da igual que aprendan o no, los contenidos, el esfuerzo, la voluntad, las ganas de aprender son saboteadas por las propias leyes educativas y su legión de palmeros. Se premia, no al que ofrece rigor y conocimiento a sus alumnos, sino al que mejor los entretiene. El colegueo y la fanfarria (disfrazado de positivismo emocional) lo encuentran en su pandilla de amiguetes, no es imprescindible en los “centros de enseñanza”, cada vez más “centros de ocio». Lógicamente, cuando pueden, salen a buscarlos fuera de los institutos, ustedes también lo harían. Básicamente porque así se ahorran chorradas ajenas para dedicarse a las propias y genuinas. Los linces educativos han encontrado la solución: obligarlos a la escolarización hasta los 18. Magistral postura de los pisamoquetas. No, demos rigor y que el alumno sea consciente de a qué se va a un centro de estudio. Demos una FP en condiciones para los que la elijan (decenas de miles han de pagársela o renunciar a sus estudios porque no tienen plaza). Y, sobre todo, que el chaval que acabe su formación obligatoria, lo haga con un (voy a utilizar lenguaje de mi denostada LOMLOE) “perfil de salida competente “ en cultura y capacidad de análisis; porque todo apunta a que se los van a comer. Y si para ello, hay que restar importancia a las congas, a los cartelitos, al abrazo a las nubes y a promover la conspiración del universo a nuestro favor…pues se hace, son nuestros hijos los que se la juegan.

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