NOS ESTÁN PONIENDO LOS «EDUCUERNOS» (SAN VALENTÍN)

Tiziano Tizona
Hoy, San Valentín, me ha hecho reflexionar sobre la relación amorosa con la que uno se unió (hace ya lustros) a esta bendita/maldita profesión. En mi caso es como ese tipo de parejas que se crean bajo el paraguas, que se cree es infinito, de amor. A mí me apasiona enseñar, me gusta estar con mis alumnos y me emocionan sus progresos. Pero conforme va pasando el tiempo, esa pareja no es de la que te enamoraste: se vuelve impertinente con los detalles poco importantes (burocracia) hasta suponer una pérdida de tiempo y energía difíciles de mantener. A su vez, aumentan los chillidos y los desplantes, las faltas de respeto y las vejaciones (alumnos disruptivos, padres que los apoyan, sociedad que te culpa de todos los males). Sigues porque sigues añorando los principios y porque te ves indefenso fuera de esa relación con el magisterio, te crees que no eres nada fuera de él. De eso se aprovecha la otra parte para cargarte más peso a los lomos (haces de psicólogo sin serlo, haces de enfermero, de cuidador, de policía, de pañuelo para los mocos con la mejor de tus sonrisas) creyendo que todos eso es pasajero, una mala racha, que la otra parte en realidad es buena. Para colmo, observas como tu querida profesión te pone los cuernos con fulanos (llámense políticos, gurús, influencers, periolistos, empresarios, tecnológicas, vendehumos…) que nunca la han querido y que lo que quieren es aprovecharse de ella y emplean todos sus malévolos medios para conseguirlo…y disponen de muchos más que tú, que tienes una pizarra y una tiza.
Hay dos opciones (como en la vida sentimental), compañeros: o se salva el matrimonio y se vuelve a esa idílica relación…o se manda todo al carajo y que den clase políticos, comunicadores, empresarios…con sus santísimos colgajos.