FELICIDAD…¿NADIE VE LA JUGADA?

Tiziano Tizona
No creo que nadie en sus cabales no quiera que la gente que le rodea -si hablamos de docentes, su alumnado- sea feliz. Todos hemos experimentado las caritas de alegría y orgullo que ponen los polluelos cuando superan una dificultad y ven el fruto del esfuerzo realizado. El problema que veo aquí es que la jauría administrativa y empresarial que domina las teclas del entramado educativo, y que tanto claman por la felicidad del alumno, quiere que sean felices “a su manera»; es decir, dirigir ese estado de satisfacción a algo que les resulte rentable económica o socialmente (principalmente, esto pienso, sumisión y consumo). Se sustituyen los saberes por “saber hacer cosas», se cambia la cultura por la emotividad (en realidad, adaptarse al conformismo), se introducen más y más aparatos con el objetivo de hacer dependiente el aprendizaje de ellos (con sus publicidades y su tarifa en forma monetaria y de cesión de datos), se prioriza la cantidad del tiempo que se pasa en los centros frente a la calidad del mismo…seguro que ustedes tienen más ejemplos válidos. Nada de ello tiene que ver la satisfacción señalada al principio del artículo: eso no importa, eso no se promociona, eso no rinde…¿nadie ve la jugada?