REGAR UN CHARCO

Tiziano Tizona
Esto ya va de papeles. Los cachorros han abandonado las aulas para uso y disfrute de padres y abuelos (ironía on). Un trámite (el del papeleo) en el cual la Administración no hace ni el amago de leer a no ser que llegue algún padre pidiendo explicaciones. Cosa que cada vez escasea más, puesto que un berberecho con un poco de interés está perfectamente capacitado para titular, aunque sea de manera renqueante. Uno, que a lo largo del curso ha estado varias veces a una micra de mandarlo todo al carajo, no por los alumnos, benditos ellos, sino por la cantidad de basura maloliente que rodea a algo que es tan simple, y a la vez tan complicado, como enseñar. La última de los profecornios en las redes es defender la burocracia, se han quedado tan anchos los tíos. Es lo que tiene no tener que atender a cientos de alumnos a la semana puesto que muchos de ellos (no todos) ven a alumnos de enseñanza obligatoria en películas y series, no en el aula. Si ponemos al alumno en el centro del sistema educativo (otro de sus mantras), lo fetén sería dedicar el tiempo que nos hacen malgastar en papelajos en preparar actividades para ellos y corregir a conciencia las mismas. No me cabe la menor duda de que esto, “per se», mejoraría el rendimiento de la chavalada. Muchas veces tendemos a complicar las cosas y sacrificamos la eficacia en el altar de la neopedantería. Pero claro, demandar medidas en interés del alumno a los que persiguen objetivos políticos, económicos o autopromocionales es como regar un charco.

Print Friendly, PDF & Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *