PROPUESTA EDUCATIVA CENTRIFUGADA

Tiziano Tizona
No sé dónde leí que en los tiempos antiguos los cónclaves para elegir Papa consistían en encerrar a todos los cardenales en un corralón a la intemperie echándoles la comida por encima de la valla. Eso me ha venido a la mente mientras espero que la maquinita de la lavandería haga su función, según el reloj quedan 16 minutos. No sé la razón por la cual se me ha ocurrido que debería copiarse el sistema cardenalicio a los expertos de educación y su tendencia a las pseudociencias. Es decir, que los encerrasen a todos en una cuadra de unicornios sin techado, ahora que hace fresquito, dándoles de comer maná emocional hasta que demostrasen la validez de sus propuestas y refutasen empíricamente el cómo se ha venido aprendiendo a lo largo de los siglos y la causa por la cual hay que tirarlo a la basura. Me imagino una batalla de egos que acabe a bocados en la nuez dada la manera en que se ponen cuando alguien se muestra contrario a sus tesis en las redes sociales o en los medios de comunicación. De ahí, los supervivientes deberían salir con una propuesta a debatir en los centros escolares para ser analizada, debatida y modificada por los verdaderos expertos, es decir, los maestros. Lo cual estaría chupado puesto que normalmente consistiría en proponer exactamente lo contrario al documento recibido. Después, habría de ser refrendado vía votación de los claustros, pero con garantías de que no hubiera fullería en el recuento, que nos conocemos. El siguiente paso sería un paseíto por las cámaras de sus señorías para darle categoría de ley y dotarla de presupuesto. La aprobación menester sería que se anunciase con el humo de quemar las leyes educativas por lo menos desde la LOGSE, aunque, debido a la calidad del combustible, la “fumata” no sería blanca sino más oscura que el sobaco de un grillo. Por último, el ministro o ministra del ramo a firmar con un plastidecor verde esperanza. Ale, pido disculpas por la papa cocida, pero no sabía qué escribir y el cacharro este ya está pitando, la ropa ya está lavada.

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