SÓCRATES PARA NIÑOS

SÓCRATES PARA NIÑOS

Lo primero es que de Sócrates no se conserva nada escrito, todo lo que se conoce es a través de uno de sus alumnos: Platón. Todavía así, es conocido como uno de los grandes filósofos de la historia y se estudia en la mayoría de las escuelas del planeta. Era canijo, chepado y feo como él solo; a pesar de ello era temido y admirado por igual en Atenas.

La filosofía de Sócrates se basaba en dialogar con sus pupilos -a los que por cierto no cobraba por sus enseñanzas- haciéndose el tonto (“Solo sé que no sé nada” es el lema que le atribuyeron)  y a base de preguntas a sus alumnos los iba conduciendo  hasta que llegaban a que él buscaba desde un principio.  A esta técnica de enseñanza se le llamó “mayéutica” y tenía la ventaja  de que el pupilo no tenía que interiorizarla (estudiársela) puesto que había partido del razonamiento del propio alumno (de su interior).

Cuentan que esta técnica de enseñanza es debida a que la madre de Sócrates era comadrona (las que ayudan a los bebés a nacer) y Sócrates  se dedicó, en cierta manera; a ayudar a que cada uno de sus alumnos “pariera” ideas.

Era tal la inteligencia del filósofo y su dominio del arte del diálogo, que cada vez que establecía una discusión en el foro ateniense ridiculizaba a sus oponentes por muy ricos y poderosos que fueran…y le encantaba discutir (“Atenas es como un caballo apático…y yo soy un moscardón que intenta despertarlo”). Eso le llevó a que le acusasen de llevar a la juventud por caminos equivocados por lo que fue condenado a muerte por suicidio (no quiso ni arrepentirse ni  abandonar Atenas lo que pudo salvarle la vida). Rodeado de sus seres queridos, bebió una copa de cicuta (veneno) y  se dejó morir.

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