ÑORES Y ÑORAS, ME HAN SUSPENDIDO

Tiziano Tizona
Me acaba de suspender un compañero en Twitter en inteligencia emocional. Estoy totalmente desolado. Todo por sostener, ¿quién me manda a mí?, que casi todo lo que rodea a la “educación emocional” debe ser implementado por psicólogos, que son los especialistas en esas cosas, y que los maestros a lo más que podemos llegar es a echar una mano. Que uno, que ya tiene más años que Cascorro, en su época de pipiolo ha sufrido maestros ogros, pero también bellísimas personas que me apoyaron, me acompañaron, me hicieron reflexionar, me exigieron y me ayudaron a levantarme en cada caída sin necesidad de abrazar una maceta o expresar qué sentía si me convirtiese en ciprés. Que a través de las materias curriculares se puede trabajar la frustración, el éxito, el fracaso, el compañerismo, la colaboración, el esfuerzo, el interés y la motivación. Que el maestro debiera servirse de los contenidos para lograrlo y que los niños (en su mayoría) no son tontos de baba a los que hay que ponerles el babero y darles la comida masticada? porque luego la vida suelta unos bofetones que tira para atrás. Que taparse (o taparles) los ojos, como hacen los bebés cuando hocican algo que no les gusta, vale como juego infantil pero no como norma educativa. Que el tenerles aprecio, llegando hasta el cariño, no nos exime de marcarles unas reglas en beneficio suyo y de toda la clase.
Por lo visto, eso no le cuadra al “compañero” (ignoro si da clase o si es de esos de despacho y asesoría editorial o administrativa). Desde mi cate en educación emocional, he de respetar su opinión. Espero que me aplique una ACIS para el próximo curso. Y, mientras tanto, me permito la libertad de mandarlo al carajo.