LA INDIGNIDAD COMO BANDERA

Tiziano Tizona

En todo claustro escolar existe un grupo (cada vez más mayoritario) dispuesto a bajar la cerviz ante los disparates administrativos sin ni siquiera pararse a pensar qué beneficios pudieran aportar las barbaridades unicorniales al alumnado. Toman las consignas como dogmas de fe y las repiten como papagayos desneuronados. Esperando quizá la bendición del último gurú con purpurina. Especialistas en bajarse los pantalones sin arrugar la prenda ni desgastar la conciencia. Los claustros han dejado de oler a tinta y a tiza para apostar a perfume de sumisión y mediocridad. El dudar, el indagar, el criticar…la tesis, la antítesis y la síntesis hegeliana es considerada como peligrosa en el reino del vacío, el selfie y la cartulina de colorinchis. Todo aquel que se atreva a discrepar es tratado como un hereje merecedor de una hoguera de goma-eva. Y así vamos avanzando pata atrás,  falseando datos y rellenando rúbricas emocionales con la mirada de una vaca viendo pasar un tren fantasma de indignidad.

 

Print Friendly, PDF & Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *