AVISADOS QUEDAN, QUERIDOS

Tiziano Tizona
A veces, queridos progenitores 1 y 2 y/ o similares, con la voluntad de hacer el bien metemos la pata hasta las ingles. Lo digo por aquello de “le doy todo lo que desea porque quiero que tenga lo que yo no pude». Puede que, visto así, no haya lugar a las pegas. Pero, pero, pero…han pensado ustedes que una criatura que solo tenga que abrir la boca para hacer cumplir sus deseos, no solo materiales, tiene muchas papeletas de convertirse en un pequeño dictadorzuelo caprichoso. Hay muchas posibilidades que la criatura crea que lo que no deja de ser “un privilegio” (lo entrecomillo) sea un derecho adquirido y aquí empieza el problema para educadores y compañeros. No se hace responsable, no se esfuerza, no tolera la frustración y cree que todo lo que le rodea está a su servicio. Desgraciadamente para él la vida lo pondrá en su sitio.
Esa falsa felicidad basada en que ante alguna dificultad mis padres me sacarán del atolladero sin yo tener que mover ni un dedo, arrasando, si hace falta, con todo lo que pillen por delante (el profesor que le reprime o suspende, el compañero que harto de sus caprichos no le deja salirse con la suya en el patio o en el parque, el familiar que no le compra lo que se le mete por los ojos…) acabará revolviéndose contra esos padres paraguas y, lo que es peor, contra el propio niño. No le estamos haciendo ningún ffavor.
Avisados quedan. De nada.