EDUCACIÓN: HAY NUBARRONES EN EL HORIZONTE

Se avecinan nubarrones, así que toca ir preparándonos para lo que nos viene de manera que el bofetón duela lo menos posible. No se trata de información recibida sino el resultado de algo tan sencillo como atar cabos y lanzar una hipótesis. Sin que sirva de precedente, deseamos equivocarnos de cabo a rabo, pero desgraciadamente tiene todas las papeletas para convertirse en certeza.
Nos referimos a que ya estamos en un estado arruinado y ahogado por la deuda, y estos tiempos de pandemia van a dejar el solar todavía más trillado: muchas empresas se han ido a pique, y muchas más lo harán; lo que significa que habrá menos ingresos y más gastos en prestaciones; los intereses de la deuda mantenida, y ampliada por las circunstancias, van a repercutir en la financiación de todas las partidas estatales y autonómicas. De entre todas ellas, a la primera que le suele tocar pagar la cuenta de la cena es a nosotros: la educación.
Olvidémonos de baja de ratios, olvidémonos de disminución de horas lectivas, olvidémonos de apoyos vía especialistas para el alumnado con dificultades, olvidémonos de inversión en tecnologías, material, adecuación, aclimatación, etc.
Si la cosa ,desgraciadamente, no cambia, volveremos a una docencia sacada adelante por la imaginación, la profesionalidad y los sudores de sangre del docente. Estamos preparados, ya lo hemos hecho otras veces. Que no cunda la desilusión porque avisados quedamos. Ojalá tuviéramos que tragarnos este artículo dentro de un año, sería con gusto y provecho.