TOREAN AL PERSONAL A NUESTRA COSTA

Tiziano Tizona
Estamos de moda, y eso hasta puede que sea buena noticia. Que hablen, aunque sea mal e intoxicando. Llevamos viviendo un agosto educacional como no se recuerda. Los políticos han descubierto la valía del tema como una muy efectiva maniobra de distracción a sus fechorías cotidianas. Empezaron la temporada estival con que si la memoria, las competencias, los suspensos, el yin y el yan. Siguen con la socioemocionalidad y la óptica de género en las mates y rematan, por ahora, con que si los número romanos, la regla de tres, los diptongos y los dictados. Basta como mecha para que estalle el debate de tirios y troyanos y se ponga el grito en el cielo. Ellos, mientras, se piden otra de gambas y otro benjamín fresquito. Lo consiguen porque, dado que la mayoría lo más parecido a un colegio que recuerdan es un queso, es perfectamente verosímil que se lo planteen. Menester sería que esperásemos a ver cómo se fija la gansada en el currículo oficial y cómo lo aliñan las CCAA. Porque hace falta ser muy tontorrón (incluso para “ellos») para intuir que se puede enseñar Historia sin conocer los números romanos -A no ser que queramos que aprendan sobre Carlos «palito» de España y «uve» de Alemania-. O que tilden o midan versos sin conocer los diptongos e hiatos. O que aprendan (sé que esto hace hiperventilar a los matemáticos) a encontrar un método más sencillo para resolver ciertos problemas en primaria que sustituya a la regla de tres. Puede que propongan dejar de rellenar huecos y unir con flechitas en los libros y en las tablets y escribir respuestas completas si queremos valorar la ortografía fuera del recurso de los dictados.
A la espera de la concreción, ya digo que muy específicamente me lo ha de prohibir la ley, cosa que, sinceramente no acabo de ver, para que yo escriba “SIGLO 19″ en una pizarra, que no les enseñe el recurso de la regla de tres y que no les haga escribir todo lo que pueda (dictados incluidos). Y si lo hace, es posible hasta que considere pasear por el trullo asignado a los profesaurios gritando: “Decir Alfonso equis “el Sabio” es de catetas y de hipotenusos”.