¡NO SON CLIENTEEEEEESSS!

Tiziano Tizona
Cada vez que veo a algún docente referirse al alumnado como “clientes” se me parte en cinco el alma. En el camino desbocado de la educación hacia la nada, los rasputines fugitivos de la tiza y apóstoles del “business» han ganado, entre muchas, la batalla del idioma. Lo que en realidad esconde “cliente» no es más que “consumidor» y futuro -a poco que espabilen- “empleado precario y agradecido». Cedemos y creamos correos de nuestros niños exponiéndolos a la voracidad publicitaria de las grandes empresas y los vamos sometiendo ya a sus “herramientas” de forma obligatoria; sacamos imágenes de ellos en redes sociales, a las que legalmente no tienen acceso, y los vamos así introduciendo en lo que molan desde la más tierna infancia en un ejercicio de pavorrealismo indigno de una institución académica. El profesor deja de ser un referente para convertirse en un acompañante, en un colega de juegos (bueno si le llamamos “gamificador” suena más “cool») y, en vez de impartir cultura, sabiduría y formación, baja a su espacio “tiktokero» ataviado como payaso, centurión, nube o unicornio en un patético intento de , en vez de “adulterar al adolescente”, “adolescentar al carcamal»; cosa que biológicamente es una quimera. Todo ello bajo los aplausos atronadores de medios asociados a las grandes empresas y la pasmosa pasividad de las familias que no ven más allá de la falsa burbuja de un presente facilón, a la vez de falso, para sus criaturas. Tendemos a abandonar la lectura sosegada, la reflexión con el lápiz y el papel sustituyéndola por una sucesión trepidante de imágenes y noticias (de dudas rigurosidad científica), o a unir con flechitas dibujitos en una tablet dejando diáfano el camino para que en un futuro compren a base de pulsar botones y trabajen “sine horarios» en las plataformas comerciales -desde casa a ser posible porque así la empresa se ahorra la luz, que está por las nubes, y el papel higiénico tan escaso en época pandémica-. Google ya está expidiendo títulos “pseudouniversitarios» en seis meses, equivalentes (según Google) a un grado universitario de cuatro años. Juzguen ustedes y saquen conclusiones.