¿PARA QUÉ, COMPAÑEROS?
Tiziano Tizona
En las horas altas, en tiempos de abundancia, puede que ni siquiera nos lo planteemos. Pero en horas bajas, cuando medio cuerpo docente está quemado, quizá deberíamos frenar y fijarnos en el objetivo que nos marca nuestro trabajo. Y digo trabajo porque cada vez que oigo hablar de “vocación” tengo la impepinable sospecha de que alguien intenta explotarme a la sombra de ese “palabro” cuyo concepto está intencionadamente pervertido.
¿Cuál es el objetivo a medio o largo plazo de nuestra misión social? ¿Somos capaces de definirlo lejos de los eufemismos y de los lugares comunes marcados por las administraciones?¿Somos conscientes de hacia adónde abocamos a nuestro alumnado con nuestra praxis?¿El componente cultural es fundamental en las personas o no?¿Somos capaces o estamos preparados para enseñar a gestionar las emociones o nos estamos metiendo en un terreno fuera de nuestro alcance?¿El objetivo es que los niños sepan nadar o es mejor dejar las piscinas semivacías para que los niños hagan pie?¿Existe un verdadero aprendizaje en el que la memoria no intervenga como elemento fundamental?¿A qué dedicamos y a qué debiéramos dedicar la mayoría de las horas complementarias?¿Para qué enseño Grecia, Roma, el ARN, el Romanticismo, o la escala de Sol?¿Qué tipo de maestros nos marcaron para bien, siguen funcionando los mismos patrones de eficiencia docente?¿Nos parecemos, o queremos parecernos, en algo a ellos?
Por otra parte: ¿Estamos dispuestos a defender y reclamar los derechos que deben acompañar a nuestra labor?¿Tenemos más miedo a ser sancionados por no cumplir con la burocracia o por nuestro método que por la cantidad y calidad de los aprendizajes transmitidos? ¿Nos vemos representados por nuestros sindicatos o sería menester apretarles las tuercas? ¿Nuestra voz se escucha en los claustros y es tomada en consideración?¿Somos capaces de argumentar y defender una postura sin miedo a vacíos o represalias?
Si somos capaces de responder a esas preguntas puede que se aclarase la forma correcta de actuar correctamente en nuestra profesión y veamos más nítidamente el punto al que nos dirigimos y les dirigimos.