MARZÀ SE MOJA Y NO SE MOJA A LA VEZ

Tiziano Tizona
A los políticos hay que quererlos porque son entrañables, leche. Pongamos por ejemplo a nuestro Vicent, que se manifiesta categóricamente a favor del regreso normal a las clases porque las aulas, dice, son seguras y porque se está poniendo la tercera dosis al personal… bueno, ya se saben la peli ustedes. Muy bien, pienso, parece que este lo tiene claro, cosa que es digna de alabanza tratándose de un político. Aplausos. Entonces a uno se le va poniendo ya el cuerpecito tranquilo sabiendo qué se puede encontrar el día 10… Hasta que lo traiciona el subconsciente y recula: ”Siempre haremos lo que digan las autoridades sanitarias”. Y se mete en el fregado él solito. Si Educación está sometida, como debe ser en estos casos, a Sanidad, ahórrate las primeras declaraciones, buen hombre, porque corres el riesgo de que Darias te pinte la cara de colores el día 4 (no podían reunirse antes, hay que bajar los langostinos, el jabugo y los polvorones de Nochevieja). Imagínate que deciden (cosa que no creo ni deseo, aunque ya hay médicos que lo recomiendan) que nos vamos a tirar un par de semanas dándole a la tecla y al Zoom, ¿cómo quedaría usted y su criterio?
Están tan acostumbrados a soltar mantras que no atisban la oportunidad de cerrar la boca. Mientras tanto, compañeros, a esperar a que a sus señorías se les pase el empacho y la resaca y vayan aclarándose y aclarando el panorama.

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