LA LECCIÓN DE MI NIÑA UCRANIANA

Tiziano Tizona
Hace unas semanas una alumna ucraniana (lleva en España más de un año, no es de los “niños de la guerra») me dejó estupefacto, os cuento: Resulta que la dirección del centro la elige para leer un manifiesto en contra de la guerra, por las razones que ustedes pueden imaginar. Al día siguiente la niña (10 años) tenía que leerlo, me fijo y no le veo el papel, “Sofía (así se llama), ¿y el papel?”, me contesta “No me hace falta, lo he memorizado, en mi país nos acostumbran a memorizar cosas desde pequeños”. Igual estoy diciendo una barbaridad, pero constato después que la niña domina 5 idiomas: castellano, ucraniano, ruso, inglés y valenciano al nivel de sus compañeros de clase, superando a muchos de ellos en todas las asignaturas. Puede que la niña sea especial y talentosa, pero también puede que nos estemos equivocando denigrando el potencial educativo que da el trabajar ña memoria. Por cierto, esta niña es la que nos está ayudando con la adaptación de los ucranianos recién llegados ya que los de arriba están demasiado ocupados haciéndose fotos y realizando declaraciones tan grandilocuentes como embusteras.
No solo la memoria, también influye el sistema educativo. Mi mujer es ucraniana y he tenido la oportunidad de visitar ese país varias veces, pasar alguna temporada y dar charlas en algunas universidades y centros de secundaria. Y, por lo que he observado, es otra historia. Tendría que ir la Celaá para aprender algo.
Aunque no hace falta pasar la frontera ucraniana, se puede quedar un poco antes. Soy profesor adjunto en el departamento de Filología Española de una universidad polaca y también enseño en un centro de secundaria y, realmente, también hay muchas cosas para importar de este país.
Felicidades por tu blog y adelante.