DE ESTO TODAVÍA NO TENÍAMOS LA CULPA

El enésimo sarao de la Fundación SM (hay que reconocer que están ganando la batalla con sus fichajes mediáticos y sus eventos de selfie y papel couché) junto con los representantes de la UNESCO. A parte del muestrario de gansadas que ya pueden imaginar “retos del mundo actual…ecologoamiguis del planeta…la sociedad digitalizada…” en fin, ya saben. Se les ha escapado entre unicornios y somas varios lo siguiente: «La pandemia y la guerra de Ucrania nos recuerdan que somos vulnerables y solo la educación puede devolvernos la esperanza», ha afirmado Mayte Ortiz, directora general de la Fundación SM. Vamos, que a poco nos echan la culpa a los docentes de las consecuencias de las guerras y de las pandemias. Mire, señora Mayte, las escuelas no tienen absolutamente nada que ver ni con unas ni con las otras, ni por supuesto con la falta de esperanzas que estas suponen. Quizá debiera pedir cuentas a sus amiguis los organismos macroeconómicos, las organizaciones empresariales y el sistema pseudofeudal que ustedes abogan por desarrollar en connivencia con todos ellos, y no en la “seño” que enseña a los nenes a leer o a multiplicar. La única manera de defender los derechos de la ciudadanía ante los cafres de los gobernantes que provocan las guerras o ante la voracidad de los entramados empresariales es una formación rígida y rigurosa que les dé armas para combatirlos, no la legión de corderitos abrazanubes y pulsateclas agradecidos que pretenden para las próximas generaciones. Hagan ustedes su faena que nosotros haremos la nuestra. Y cada uno que responda de sus actos.

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