OCRE DEJA EN PELOTAS A LA»NUEVA EDUCACIÓN»

Tiziano Tizona
Ayer fue un día grande para el futuro de la educación en este país. Un puñado de grandes profesionales con las ideas muy claras se juntaron para algo tan simple (y tan denostado por las administraciones) como conversar, argumentar, preguntar y preguntarse, aportar datos, analizar, deconstruir falsos mitos con datos. El trabajazo que se marcaron desde la Asociación OCRE germinó de manera inmediata desde el saludo del primer ponente; durante una jornada de muchísimas horas, un día festivo, con compañeros desplazados desde toda España, con un calor sofocante en el exterior, con la cordialidad y las ganas de aprender como bandera. 200 compañeros acudieron a la llamada de socorro y regalaron su tiempo de descanso en agradecimiento al esfuerzo de los organizadores (estos no contaron con financiación de nadie, son el enemigo, hay que callarlos) y fueron desmontando uno a uno los mantras capciosos de la nueva educación (que ni es nueva y todo apunta, según se escuchó en las ponencias, a que tampoco es educación, por lo menos tal y como había estado definida hasta ahora). Yo, que estuve allí, tenía la impresión (luego confirmada en el turno de preguntas, de réplicas y contrarréplicas) de que el nivelazo de los compañeros de encima de la tarima era muy parejo con los que se encontraban en la platea: jóvenes y viejóvenes docentes subían la categoría del evento cada vez que abrían la boca. Ni una conga, ni un bailecito cogiditos de las manos, nadie vendió nada, ni una editorial, banco, abancos, atresmedia, mediamanga o mangotero detrás; docentes con ganas de aprender y de enseñar.
Las autoridades fueron invitadas pero ninguno asomó el bigote por allí, supongo que por aquello de “más vale prevenir que curar”… tampoco les iba a gustar lo que allí se dijo, sinceramente. La lástima es que no acudiesen familias puesto que estoy seguro que muchas de ellas querrían a profesores como se reunieron ayer para sus hijos. Lejos de conejos de chistera y de cubiletes de trileros.
Por ahora, nuestro campo de acción en la tarea de reconducir la dignidad de nuestra profesión es quitar unicornios de las mentes de los compañeros y prevenir a las familias de lo que se les viene encima. El primer paso ha sido el de vernos las caras y sentar las bases de un movimiento que va a ser enfurecifamente atacado pero que tiene el cuajo y el criterio suficiente como para resistirlo y hacerse oír.
Pasito a pasito, tacita a tacita. La profesión, el alumnado y la sociedad merece que surjan iniciativas y eventos como el que ayer se dio cita en Valencia. El año que viene más y mejor, me apuesto mi chelín de la suerte.