NO ES LA RATIO, SON LAS COLIFLORES

Tiziano tizona
Hace pocos días le tocaba lucirse al diario “El Mundo”. El citado diario hace referencia, en su sección de Educación, a un estudio sueco en el cual se indica que los niños que permanecen en el comedor escolar son más altos, rinden más y, además, aumentan su capacidad de recibir sueldos más altos en su madurez. Toma ya. No dice que una dieta equilibrada y patatín y patatán, sino que es el comedor y no lo que se come; es decir, confunde maliciosamente continente con contenido. Sigue la prensa con su particular cruzada lamesuelista de propagar a los cuatro vientos que los niños cuando más tiempo pasen en los centros escolares, mejor. Disfrazan así como ventaja lo que no deja de ser una perversión del mercado laboral: que los padres no puedan pasar más tiempo con sus hijos. Al final de la jugada serán unos perfectos desconocidos para sus padres y viceversa. Parece que nadie ha caído en los problemas emocionales (que tan de moda están) que acarrean estas propuestas. Hay incluso algún político que ha visto filón ahí y propone que los colegios abran durante 12 horas al día, todo ello sin que se le caiga la cara de vergüenza y le rebote en sus colgajos. Lo más “gracioso” del tema es que se refiere a a esta medida de la universalización de la permanencia en los comedores escolares como algo más efectivo, a la hora del rendimiento, que la bajada de ratios. Echando así de un plumazo abajo las reivindicaciones del profesorado. Tócate la flauta, Bartolo. Algún día, el mundo docente deberá levantarse, poner pie en la pared y contrarrestar tanta miserabilidad. ¿Lo verán estos ojitos que han de comerse los gusanos? O seguiremos bailando congas y alabando las cenutrieces porque hay que ser “modennos”.

 

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