…Y ESO QUE LA RATIO ERA RIDÍCULAMENTE BAJA

Tiziano Tizona
A ver si esto vale para valorar lo que tenemos encima los docentes todos los días y, por lo menos, dejan de darnos por saco una temporadita. RENFE expulsó a 22 niños de 10 años de un tren que hacía trayecto entre Barcelona y León. Al parecer, los niños mostraron un comportamiento muy molesto respecto al resto del pasaje de su vagón. Los niños iban acompañados por dos monitores, ya pagaríamos los maestros por esa ratio, que también fueron a la calle. Todos ellos completaron su viaje en un autobús que fletó la compañía a tal efecto. Se ha abierto una investigación y no todavía no hay conclusiones de la misma. Pero, según lo leído en diversos medios, el marrón tiene pinta de comérselo RENFE, o puede que los monitores (si los acompañantes fueran maestros, tendrían mucho más fácil encontrar los responsables). Los padres están meditando si denunciar y la directora del centro (cuyo nombre no vamos a hacer público) declara que «Conocemos a nuestros alumnos y lo que podemos decir es que nos sorprende: ¿qué han hecho para que les expulsen de un tren?». Pues nada, señora, no se le ocurra quejarse cuando le metan un paquete por aplicar el RRI. Lo cierto es que a nadie le cabe en la cabeza (o, al menos, no se considera hasta ahora) que simplemente los niños se hayan pasado por el forro las advertencias de monitores y personal del tren porque, a la larga, son seres de luz y ellos rara vez asumen las consecuencias de sus actos. Si es así (que todavía no lo sabemos con certeza) el autobús debiera haber virado inmediatamente a Barcelona y dejar a esos cachorretes al cuidado de sus progenitores, los mismos que quieren denunciar. Y el centro, o su directora, debieran capar las excursiones de los responsables de hasta que se gradúen. Porque nadie tiene derecho a molestar a nadie, tengas 10 años…o 32. Y se les van dejando pasar conductas que, a la larga, les van a ser muy problemáticas, mucho más que las correcciones a tiempo, con las leches emocionales y el buenismo posturero de gentuza que no es capaz de encerrarse, no con una ratio de 11 (que era la que había por monitor) sino de veintitreinta. Que creen que este tipo de conductas se corrigen pintando palomitas o bailando el “Imagine» de John Lennon. Por favor, que alguien le pregunte al revisor que qué le parece el trabajo de los maestros ahora.

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