TRIFULCA, ANZUELO Y EDIPO
Tiziano Tizona
La trifulca docente ha saltado de las redes a la prensa. Mi postura es ya de sobra conocida y no voy a incidir en argumentar lo que ya tantas veces he hecho. Lo cierto es que tanto unos como otros hemos picado el anzuelo y han conseguido desviar el punto de atención docente hasta unos derroteros en los que la Administración queda fuera del barro del ring. Lo de la ratio y lo de los recursos personales ha quedado tapado por cuestiones metodológicas y corrientes de espíritu educativo dispar. Lo que no cabe duda que hace mejorar la formación (eso creo, alguno dirá que no) es rebajar el número de alumnos a los que tiene que atender u profesor por una simple y llama cuestión de tiempo de dedicación “per cápita», pero a las administraciones (central y autonómicas) no les ha salido del bolo rebajarla. Y gastar el montante que se gastan en gilitonteces postureras en personal especializado en los casos requeridos, que son muchos. Partiendo de ese punto, oiga, a mí como si enseña usted vestido de lagarterana, siempre y cuando se observen progresos en el aprendizaje de sus alumnos. Nadie le prohíbe nada, pero déjeme usted si yo pretendo mejorar la escritura con dictados y lecturas. Si considero que soy capaz de transmitir el amor (o por lo menos la curiosidad) hacia la Prehistoria con mis batallitas de abuelo cebolleta y si pregunto las tablas en primaria. ¿Que usted tiene un método mejor? Estoy dispuesto a aprender. Pero ha de demostrarme que verdaderamente es más eficaz , no más o menos vistoso. Así pues, menester sería, por lo pronto, arrinconar a los de arriba con las reivindicaciones comunes a una gran mayoría del personal y dejar las metodologías como recursos, no como fines. Por cierto, ¿ustedes, que son tan listos, cómo han aprendido?