OFENSIVA DE LOS NUEVOS EDIPOS
Tiziano Tizona
Da la impresión de que mucha gente en esto de la docencia tiene un Complejo de Edipo no tratado correctamente. Que no digo yo que no hubiera cafres entre el profesorado, que sí. Lo mismo que los hay actualmente también, mostrando su cafrez de manera más sibilina y muchas veces incluso con el aplauso de los más ingenuos de la tribu. Yo también recuerdo a esas maestras (mayoritariamente eran chicas) de mis primeras etapas ayudando en los recreos a los niños que tenían dificultades con la lectura, me acuerdo de ver como cogían cariñosamente la mano del que tenía problemas con la caligrafía; ya de mayores, nos hacían esquemas en la pizarra cuando algún tema se nos atragantaba, a consolar y abrazar a aquel que estuviera triste por algún motivo erw habitual, infundirnos el respeto a los mayores y a los compañeros como seña irrenunciable de nuestro proceso educativo; estudiar y hacer trabajos grupales en la clase; exponer, expresar opiniones, confrontar ideas no es un invento novedoso. No hablo de colegios de lujo, yo siempre estudié en centros públicos. Ahora quieren echar por tierra toda esa escuela catalogándola de inhumana, clasista y reaccionaria. Ellos sabrán a qué tipo de escuela acudieron para no atisbar siquiera un mínimo de agradecimiento hacia la labor que hicieron con ellos. Recuerdo y reitero que también había malos profesionales para que no se olvide. Pero esa labor callada de la vieja maestra con el niño sentado en su regazo y la cartilla sujetado entre ambos la peleo con el más espectacular kahoot, o vídeo friki, o chromeleches de cualquiera de la oligarunicorquía de aquellos que tanto ladran contra la labor de su generación anterior. Estoy seguro que si rascan un poco en su memoria aparece la figura de un magnífico maestro que les haya marcado para bien. Construyamos sobre eso, mantengamos lo bueno y corrijamos lo malo. Seamos sensatos, aunque sea una miajita, y dejemos eso de matar al padre a la literatura.