LA «AMENAZA» CAMBIA DE ORILLA

Tiziano Tizona
El otro día escribí un Tweet, no sé si acertado, pero sí fue polémico. Me refería a que los alumnos y las familias habían detectado que el eslabón débil del sistema educativo era el maestro y se aprovechaban de ello. Opiniones en contra y a favor, es normal y es bueno que así ocurra. Quizá no debería de haber generalizado puesto que todas las generalizaciones son injustas por definición. Sí es cierto que a algunos alumnos no se les cae de la boca lo de “va a venir mi padre a hablar contigo” y a algunos de los padres “voy a ir a hablar con el inspector”. Ambas cosas no deberían de suponer la amenaza que se supone que persiguen con ellas. Si uno está seguro de lo que hace y tiene en orden la tonelada o dos de papelostrios que se nos exige, ya puede venir el padre, el inspector, el Papa de Roma o el mismísimo Biden. Lo curioso del tema es que la “amenaza», permítanme la exageración, ha cambiado de orilla: antes el chiquillo sudaba a mares si le decías que ibas a llamar al progenitor 1 o al progenitor 2, y no digo nada de si la cosa iba de tramitar un expediente a la administración. Se ha dado la vuelta a la tortilla, apañareros, hay que adaptarse y atarse los machos.