PON UN IKEA EN TU AULA

Tiziano Tizona
Lo de convertir las aulas en salas de estar con sus sofás, sus cojines y sus mesitas para el café, ¿se lo han pensado ustedes bien? Debe de ser muy innovador eso de que las aulas del futuro sean una combinación de gatera y recreativos ochenteros. Claro, que si el único y exclusivo fin es que los niños “estén”, pues oye, qué mejor que estén tumbados y entretenidos. Nada puede superar la presencia de un sofá para aplicar un proyecto trimestral de tocarse los pelendengues a dos manos. Es más, yo proyectaría la idea a fábricas, bibliotecas, despachos, juzgados y comisarías…nada como sentirse como en casa. Oigan ustedes, que estoy seguro que habrá alguien que sepa sacarle rendimiento a esas distribuciones y que consigan que los niños aprendan a algo más que a pasarse pantallas del Fornite. Pero por mí no se molesten, que me apaño con mi pupitre y el de mis alumnos, con mi pizarra y sus libretas, con mis ganas y las suyas (cuando las hay). Si toda esa inversión se dedicase a completar y mejorar las bibliotecas escolares y de aula, me apuesto los higadillos a que los niños nos saldrían bastante mejor preparados. Pero, ¿qué sabré yo que no sepa un gurú del Ikea con sueldo del ministerio o de las consejerías?