EL VOLCÁN DESTAPA LA CANALLADA EN EDUCACIÓN

Tiziano Tizona
En plena batalla argumental de la importancia de los contenidos, de las competencias y de la supremacía de la digitalización -batalla argumental entre docentes, puesto que las altas esferas lo tienen, desgraciadamente, muy clarinete- ha tenido que ocurrir la desgracia canaria para dejar con el culo al aire a más de un gerifalte del ramo. Mientras sacrificábamos la siesta dominguera debido a la preocupación por la situación en la isla de La Palma; empezó, por tierra, mar y aire, la ráfaga de boludeces. Un titular televisivo situaba La Palma en las Baleares –según el ministro Castell, que cada vez que se despierta y declara sube el pan, no es necesaria la geografía porque todo está en Google-. Parece ser que el “titulador» no tenía el móvil o la tablet a mano. Otra comentarista se marcó un pregunta sobre cómo iban a apagar el volcán los bomberos -la geología, por lo visto, tampoco necesita ser explicada puesto que hay videos de volcanes en YouTube‐. Fuera ya de estos ejemplos (ojo, se suponen que son “profesionales”), las gentes de la generación más preparada de la historia de España inundan las redes con que si eso del volcán es una conspiración porque la lava no sale por la cima sino por las laderas, y que por qué no ponen cemento en los cráteres y asunto arreglado, que parecen tontos los geólogos esos. Ahora que me digan estos políticos malandrines, o los anteriores, aquí entre todos la mataron y ella sola se murió, que hay que aprobar por el morramen, que si las emociones, que si la competencia actitudinal, que sí la intenné- ojo, en la que se encuentran, efectivamente, joyas; pero nuestros alumnos siguen a cualquier escote que rebuzne, no nos engañemos- educa “per se”.
Total, que acabaremos gritando aquello de “Vivan las caenas» -no sería la primera vez- bajo la suela de una élite verdaderamente preparada: los hijos de políticos, banqueros, grandes empresarios, gurús… que son los que han ideado y perpetrado, desde hace años, el desastre que ya asoma la patita por debajo de la puerta de nuestra sociedad.
¡VIVA CANARIAS!