HEMOS PERDIDO LA BATALLA DEL LENGUAJE

Tiziano Tizona
Hace algún tiempo a alguien se le ocurrió que sería buena idea trasladar la terminología de la empresa a los centros educativos. Como eso estaba vestido de modernidad y lo predicaron los apóstoles de la innovación a lomos de sus unicornios, las administraciones y algunos de los compañeros (muchos de ellos cegados por los focos de los ticherpráis correspondientes a ese cuarto de hora) lo compraron sin pararse a analizar el riesgo que corrían/corren nuestros pequeñuelos. Conceptos como competencias, como liderazgo, como trabajo en equipo, como la emocionalidad mal entendida, como resiliencia… se pusieron por encima de los contenidos y saberes culturales puesto que a una empresa le es indiferente si sabes de filosofía, arte, literatura o música porque probablemente te quieran como pulsateclas o repartidor, además los puestos de élite ya se encargan ellos de coparlos y de que los copen sus vástagos en un futuro, ya se encargan ellos de pagar une educación exigente y de calidad y, sobre todo, de que otros no la reciban gratuitamente.
Estamos a un paso de referirnos a los alumnos como “recursos humanos» a nivel empresarial y no como “seres humanos» a nivel natural.