PARECE QUE NOS HAN VENDIDO

Tiziano Tizona
La leche es blanca, las liebres corretean por la campiña, las águilas surcan los aires de la bóveda celeste…y las empresas no regalan nada por la cara. La organización “Human Rights Watch”(HRW) ha destapado que, durante la pandemia y las clases on line, las empresas que aportaban su software “gratuitamente” vulneraron los derechos de privacidad de nuestro alumnos vendiendo los datos de los mismos a otras empresas. No será que no lo advertimos en su día (esto ya había pasado antes en los USA con movidas judiciales de por medio y todo). Cierto es que, durante el enclaustramiento, no había otra forma de intentar paliar la falta de clases presenciales y todo ocurrió tan de sorpresa que fue difícil poner diques a los tiburones. Es entendible. Lo que me escama es que esos recursos han han llegado para quedarse por obra y gracia de las administraciones, las OCDEs, Microleches y Chromepuñetas. También me escama que las propias editoriales tienen sus aplicaciones educativas en las que constan notas, expedientes, partes de conducta e incluso los motivos médicos de las faltas de asistencia. Que los trabajos académicos y las rectificaciones por parte del profesorado estén en tal o cual aplicación fuera de las oficiales, por ejemplo. Y un largo, largo, largo etcétera.
¿Dónde, cómo, por qué se manejan esos datos? ¿Tienen ustedes alguna duda de que en el momento menos pensado saltará la liebre y entonces nos echaremos manos a la cabeza? Yo no.