YO LO TENGO CLARINETE

Tiziano Tizona
Una vez pasada la noche de paz y de amor, de que los pastorcillos chiquitillos llegasen todos a Belén y de que los jovensuelos se pusieran del revés al ritmo de Maluma o (agárrense) un tal Quevedo. Bien, vuelve mi cerebro a centrifugar en clave combativa y leo en la prensa, de nuevo, el tema de retrasar la nueva EBAU hasta el 2028, nadie me hace bajar del burro de que eso fue consecuencia de la reacción de la RAE que no dudó en meterse en el ring de barro para señalar semejante charlotada de prueba selectiva. Dado a que a los profesores no nos hacen mi puñetero caso, sobre todo a algunos, la cosa puede que derive en ver quiénes consiguen adquirir un grado mayor de influencia: por un lado las empresas y por el otro el mundo académico. Si escarbamos un poco nos daremos cuenta que la prueba EBAU es más fácil de “consensuar» dado que el negocio es ostensiblemente menor que en los planes de estudio, las metodologías y los recursos “repartir”. A las empresas, que es el partner elegido por la administración,eso no les hace ni cosquillas. Por otro lado, la cosa va pintando a que, dada la “invalidez selectiva» de las EBAU, será el propio mundo universitario el que confeccionará su propio método de admisión (unas basadas en los conocimientos y otras basadas en quien pueda pagárselas). Dada la marcha que sigue la educación, en el 2028 esto puede que haya girado 3 o 4 veces varios millares de grados. La cuestión es: en educación hay que priorizar a un catedrático de Historia o a un CEO de Amazon. Yo lo tengo claro…¿y ustedes?

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